Pórtense bien
Cuando la ciudad parecía que iba a
morir de inanición, de repente, sin avisar, aparecieron los de
«Ain't Misbehavin» y recargaron baterías al espectador alegre y
confiado. Por la platea del Victoria, para aplaudir el
acontecimiento, ha desfilado ya buena parte de la jet. Vimos a Amparo
Soler Leal, guapa en blanco y negro con Alfredo Matas; Leopoldo
Pomés, Oriol Maspons, Joaquín Garí y Silvia Riera, Paco Duffo,
Rafael Pradas [entusiasmado) y Yago Pericot. En un palco, una noche,
el cónsul de los Estados Unidos en Barcelona y su esposa, sonreían
satisfechos ante la representación cultural. Días antes habían
ofrecido en su residencia un coctel para festejar el éxito que la
ciudad comenta. Míster Albert N. Williams y su esposa Aroni son
encantadores, hablan catalán y tienen la palabra justa para cada
invitado. A destacar la belleza de la señora Williams quien, si la
memoria no me es infiel, fue Miss Universo allá por los años
cincuenta. En el jardín, degustando ¡los selectos platillos
cocinados por el servicio filipino, destacamos a Enríe Majó en su
primera salida tras las operaciones, Joan Monleón y Nuria Feliu,
Ventura Pons, Marisa Híjar, Lola Martínez, Anna Frígola, Marta May
y Josep M.a Forn, Montanyes, Nello y la cada día más esbelta María
Josep Arenas, con noticia monologa! para destapar en breve.
Todos alrededor dé Teresa, Ivette,
Julia, Ellia, Leslie, Dan, Lonnie, esos pequeños grande s magos que
han arrancado un pedazo de Broadway y lo han traído en sus
gargantas, en sus cuerpos, con toda su alma, para satisfacción de
una afición necesitada de ellos y su buen hacer. Bueno, de una gran
parte de afición, pues una de las roches, tras el descanso, Hermann
Bonnin, director del Centre Dramátic de la Generalitat de Catalunya
y Sabine, encargada de los servicios de música de dicho organismo,
confesaban su ligero sopor. Estamos de suerte, pensé. Si esto apenas
les distrae, su nivel de exigencias ha volado tan alto que la próxima
temporada, aficionados, prepárense a tener en Barcelona a lo mejor
del mundo. De lo contrario será mejor que se queden en casa, a leer.
En fin, un recuerdo selecto para María Teresa ConÜI, jefe del
departamento cultural del consulado, quien supo coiocar todo en su
justo punto, atenta y cordial.
También se portó bien Carme Casas.
Organizó comida y cena para abrir «El bon raig», cervecería
instalada en pleno centro de Neichel.
Luego, por la noche, fiesta «in sítu»
para un everbody selecto. Jordi Estadella hizo su programa de radio
con Alain Kelepikis, los dibujantes Romeu, Tom y Osear, Eugenio y
Nuria Feliu.
Por allí caímos con Antoni Senillosa
y Carmina Hernando. En mesas separadas degustamos a lo largo de
muchas horas frías que hubieran podido estar mejor
dispuestas: la calidad, exquisita, se perdía en aras de un
innecesario compás de espera. Elisenda Nadal, en beige y negro,
elegante como de costumbre, «perdió» a su esposo Jesús Ulled
quien tuvo que partir a otra celebración. Pero se encontraron
después, no teman.
Ahogados en eI dorado líquido
tropezamos con Josep Massagué. Anda el hombre con mala pata, y eso
que es de los que mejor se portan. Resulta que, con el tobillo roto,
acude a ver. «El rey Lear», firmado Narros, vestuario Cornejo . Y
encuentra que Ja mayor parte de la ropa son los diseños que él hizo
para el Macbeth que montaron en el Nacional la temporada pasada. Y
que le había confeccionado en Peris, Al borde del soponcio, le dejo
para ir a Orotava donde Josep M.* Luna presenta su Orocarta.
Ya no habrá más recitado de menús
selectos, ahora, se podrán leer, pero seguiremos sin saber los
precios, pues no constan en el diseño de Miró. La señora
Ferrusola, elegante con su Rosser nuevo y primaveral, se resiste a
cambiar de peinado, pienso que ni para unas elecciones lo haría.
Está muy suelta en el discurso, que cierra los parlamentos de
Frederic Roda y el propio Luna, que sigue teniendo el comedor más
barroco de la ciudad y uno con la cocina más cuidada. Entre la
multitud apuntada al desfile de perversidades estomacales (saben bien
y engordan más), se hallaban Tiziana Lanza, Luis Sagnier, Montserrat
Agell. Y una sorpresa: la bella azafata era Nene Klein de Raventós,
esposa del peletero.
También Jose de Actual fueron buenos
chicos y en Bocaccio, a les órdenes de Carlos Bosch tomaron sus
copas en orden, como buenos amigos. El director de la publicación
Agustín Valladolid no quiso perderse ta fiesta, tan distinta y sin
vips a la organizada en Madrid. Todo eran amiguetes de prensa, con
ganas de trabajar y en serio. Fue, casi, el imperio de los sentidos
estilísticos puestos en orden, sin concierto, todos en la misma
dirección.
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